Lo que tú no necesitas se puede convertir en lo que ellos necesitan
Hace unos meses, al organizar el almacén de la protectora donde más colaboramos actualmente, Animals Sense Sostre (ASS), encontramos muchas donaciones que estaban en muy buen estado pero que en un refugio no son útiles. Por ejemplo: comederos de plástico nuevos, juguetes, vestidos de tallas que no ajustan para los animales del refugio y así otras muchas cosas. Nos daba mucha pena tener almacenados artículos sin usar, y más sabiendo que habían sido donados con toda la ilusión del mundo. Así que le dimos vueltas al tema y no tardamos en hacernos una pregunta: ¿por qué no intentamos venderlo todo de segunda mano y con el dinero recaudado ayudamos a la protectora?
La idea ha resultado ser un éxito inesperado: cada mes se hacen pequeñas ventas que, sumadas, sirven para hacer arreglos, comprar productos de higiene, quesitos o salchichas para medicar o sustituir los comederos de plástico (que se rompen fácilmente) por otros metálicos de más larga duración. Amparo, una antigua adoptante de ASS, nos cedió unos productos que tenía en casa y que ya no usaba, y conseguimos el dinero suficiente para comprar pienso dietético de alta gama para cuatro perros y para todo un mes, lejía para dos semanas y arena de gato para casi todo un mes. Mientras comprábamos los productos y lo preparábamos todo para hacer la foto, sentíamos una gran alegría y no poca satisfacción; no solo porque la venta de artículos de segunda mano sea un buen apoyo económico, sino porque comparte valores con los que creemos que todos deberíamos sentirnos identificados: reutilizar antes que tirar, optimizar todo lo que tenemos buscando el mejor uso posible, ahorrar dinero en lugar de malgastarlo y ayudar a quienes más lo necesitan.
Por eso queremos compartir con todos vosotros nuestro gozo e invitaros a participar en nuestro proyecto: si tenéis artículos en buen estado que se pueden vender, contactad con nosotros en voluntariositinerantes@gmail.com y os diremos dónde están los puntos de entrega. Ya sabéis, todo lo que recaudemos es para los peludos.
Por último, queremos agradecer a todos los voluntarios su trabajo, pero especialmente a Elisabeth Kossmann: sin ella, sin su constancia, esta idea nunca se habría hecho realidad. GRACIAS.